domingo, 24 de enero de 2016

Recuerdo de una niña dickensiana

A los siete años conocí a una niña. Vivía en una albergue y comía en un comedor social. Yo no comprendía el por qué no tenía una casa con una cocina donde su madre hiciese la comida.

Solíamos jugar en un parque cerca de mi casa. Yo iba allí porque estaba aburrida de mis juguetes, ella para hacer tiempo hasta que dejasen a su familia entrar al albergue.

Día tras día ella estaba más delgada, más pequeña, más débil, más triste. Ya no tenía ganas de jugar.

En el parque había más niños. Niños con flamantes juguetes nuevos, ropas caras, una casa y unas impresionantes ganas de correr. Pero yo siempre me sentía atraída por aquella niña.

Al volver a casa le preguntaba siempre a mi madre porqué ella no tenía nada y yo lo tenía todo. Mi madre solo sonreía tristemente y decía que porque el mundo no era justo. Tardé años en comprenderlo.

Cuando llegó la navidad yo pedí millones de regalos, ella tan solo pidió un trabajo para su padre, una manta nueva para su hermano pequeño y que su madre volviese a sonreír. Jamás olvidaré aquellos deseos.

Poco tiempo después la niña se marchó de la ciudad en un desesperado intento de alcanzarlos.

No he vuelto a verla desde entonces, pero en honor a ella; mi madre y yo siempre llevamos comida y ropa a organizaciones benéficas. Sus sonrisas al recibirlas me recuerdan a la de ella; y me enseñan que un pequeño gesto puede hacer un gran cambio.





Espero que os haya gustado este pequeño cuento, Voldy.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Harry Potter - Golden Snitch Harry Potter - Golden Snitch